domingo, 15 de noviembre de 2009

El Origen de las Notas

Los nombres de las notas musicales se derivan del poema "Ut queant laxis" del monje benedictino friulano Pablo el Diácono, específicamente de las sílabas iniciales del Himno a San Juan Bautista.
Las frases de este himno, en latín, son así:


Ut queant laxis............... Para que puedan
Resonare fibris............... Con toda su voz
Mira gestorum............... Cantar tus maravillosas
Famuli tuorum...............
Hazañas estos tus siervos,
Solve polluti................... Deshaz el reato de
Labii reatum.................. Nuestros manchados labios,
Sancte Ioannes.............. ¡Oh, bendito San Juan!


En la grabación de los monjes benedictinos de Santo Domingo de Silos se dice erróneamente que el himno es anónimo.
Fue el monje
Guido D'Arezzo —considerado el padre de la notación musical— quien elaboró una aproximación a la notación actual, al asignar los nombres a las notas —excepto a la séptima nota, si, que entonces era considerada un tono diabólico (diábulus in música)— y desarrollar la notación dentro de un patrón de cuatro líneas (tetragrama
), y no una sola como se venía haciendo anteriormente.
Hacia el
siglo XVI se añadió la nota musical si, derivado de las primeras letras de Sancte Ioannes, y en el siglo XVIII se cambió el nombre de ut por do (por Dóminus o Señor). En Francia se sigue utilizando la nota ut, aunque para el solfeo
se usa el monosílabo "do" para evitar la complejidad que provoca la letra "t".
También en este proceso se añadió una quinta línea a las cuatro que se utilizaban para escribir música, llegando a la forma en que hoy lo conocemos, llamada
pentagrama (música)
.
Luego de las reformas y modificaciones llevadas a cabo en el siglo XVI, las notas pasaron a ser las que se conocen actualmente: do, re, mi, fa, sol, la y si.



Texto extraído de Wikipedia:


http://es.wikipedia.org/wiki/Nota_(sonido)

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